Encontrados 902 resultados para: conquista de Jerusalén

  • Cuando llegó de Jerusalén ante el rey, éste le preguntó: "¿Por qué no viniste conmigo, Meribaal?". (II Samuel 19, 26)

  • El rey dijo a Barzilay: "Ven conmigo, y yo te proveeré en las necesidades de tu vejez junto a mí, en Jerusalén". (II Samuel 19, 34)

  • Pero Barzilay dijo al rey: "¿Cuántos años me quedan de vida para ir con el rey a Jerusalén? (II Samuel 19, 35)

  • Los hombres de Israel, abandonando a David, se fueron con Bicrí; pero los de Judá siguieron a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. (II Samuel 20, 2)

  • David entró en su palacio, en Jerusalén. Y el rey tomó a las diez concubinas que había dejado para guardar el palacio y las puso bajo su guardia. Él proveyó a su sustento, pero no volvió a tener relaciones con ellas, y estuvieron encerradas, como viudas, hasta el día de su muerte. (II Samuel 20, 3)

  • Con Abisay salieron a campaña Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes; salieron de Jerusalén para perseguir a Sebá, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 7)

  • La mujer, con su sabiduría, convenció a toda la ciudad, cortaron la cabeza a Sebá, hijo de Bicrí, y se la tiraron a Joab. Éste hizo sonar la trompeta y se alejaron de la ciudad, cada cual a su casa. Joab volvió a Jerusalén junto al rey. (II Samuel 20, 22)

  • Recorrieron toda la tierra y, al cabo de nueve meses y veinte días, volvieron a Jerusalén. (II Samuel 24, 8)

  • El ángel extendió su mano sobre Jerusalén para exterminarla; pero el Señor se arrepintió del mal y dijo al ángel exterminador: "Basta, retira tu mano". El ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo. (II Samuel 24, 16)

  • Reinó sobre Israel cuarenta años; en Hebrón reinó siete años, y en Jerusalén treinta y tres. (I Reyes 2, 11)

  • El rey mandó llamar a Semeí y le dijo: "Hazte una casa en Jerusalén y vive allí sin salir a parte alguna, (I Reyes 2, 36)

  • Semeí respondió al rey: "Está bien; haré lo que me ha ordenado mi señor, el rey". Semeí vivió en Jerusalén mucho tiempo. (I Reyes 2, 38)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina