Encontrados 5256 resultados para: casa de dios

  • El esclavo nacido en la casa o comprado con dinero deberá ser circuncidado. Así mi pacto será en vuestra carne un pacto perpetuo. (Génesis 17, 13)

  • Dijo Dios a Abrahán: "Saray, tu mujer, no se llamará más Saray; su nombre será Sara. (Génesis 17, 15)

  • Abrahán dijo a Dios: "¡Me conformo con que conserves vivo a Ismael!". (Génesis 17, 18)

  • Y Dios le dijo: "Ciertamente Sara, tu mujer, te dará un hijo, y tú le llamarás Isaac. Yo estableceré con él mi pacto, como un pacto perpetuo para su descendencia después de él. (Génesis 17, 19)

  • Cuando Dios terminó de hablar con Abrahán, se marchó. (Génesis 17, 22)

  • Abrahán tomó a Ismael, su hijo; a todos los esclavos nacidos en su casa, a los comprados con su dinero; a todos los varones que había en su casa, y aquel mismo día circuncidó la carne de su prepucio, como Dios le había ordenado. (Génesis 17, 23)

  • y todos los varones de su casa, los nacidos en ella y los comprados por dinero al extranjero. Todos fueron circuncidados con él. (Génesis 17, 27)

  • No; le pondré al corriente para que ordene a sus hijos y a su casa, después de él, que observen la ley del Señor, practicando la justicia y el derecho, de modo que el Señor cumpla en Abrahán cuanto ha prometido acerca de él". (Génesis 18, 19)

  • Abrahán replicó: "Soy en verdad muy atrevido insistiendo ante mi Dios, yo, que soy polvo y ceniza. (Génesis 18, 27)

  • y les dijo: "Por favor, señores, venid a casa de vuestro siervo y pasad allí la noche; lavaos los pies, y mañana por la mañana seguiréis vuestro camino". Ellos le respondieron: "No; pasaremos la noche en la plaza". (Génesis 19, 2)

  • Pero él insistió tanto que se fueron con él y se hospedaron en su casa. Les preparó comida, coció panes sin levadura y comieron. (Génesis 19, 3)

  • No se habían acostado todavía, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, jóvenes y ancianos, todo el pueblo sin excepción, cercaron la casa. (Génesis 19, 4)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina