Encontrados 50 resultados para: altura

  • y germinó y se hizo una vid desbordante, de poca altura; sus sarmientos tiraban hacia el águila y sus raíces estaban bajo ella. Se hizo una vid, echó ramas, multiplicó los sarmientos. (Ezequiel 17, 6)

  • Echó un ramo robusto, que llegó a ser cetro real. Su tronco sobresalió entre los arbustos, se distinguía por su altura y su abundancia de sarmientos. (Ezequiel 19, 11)

  • A un cedro del Líbano de espléndido ramaje, espesa fronda y altura sublime; entre las nubes despuntaba su copa. (Ezequiel 31, 3)

  • Así aquel cedro superó en altura a todos los árboles del campo; crecieron sus ramas sin cuento, su ramaje se alargaba por la abundancia de agua que junto a él corría. (Ezequiel 31, 5)

  • Pues bien, esto dice el Señor Dios: Por haberse estirado en su altura levantando su copa hasta las nubes, y haberse engreído su corazón por su grandeza, (Ezequiel 31, 10)

  • para que ningún árbol plantado al borde del agua se engría por su altura ni levante su copa por entre las nubes, y para que no confíen en sí mismos y en su altura cuantos son regados por las aguas. Pues todos ellos están destinados a la muerte, a la morada subterránea, entre los hijos del hombre, entre los que bajan a la fosa. (Ezequiel 31, 14)

  • Las mesas tenían un reborde de veinticinco centímetros de altura alrededor, y sobre ellas se ponía la carne de las víctimas sacrificadas. (Ezequiel 40, 43)

  • De la base que estribaba en el suelo hasta el zócalo inferior, un metro de altura por medio de anchura; desde el zócalo inferior, un metro de altura por medio de anchura, y desde el zócalo pequeño hasta el grande, dos metros de altura por medio de anchura. (Ezequiel 43, 14)

  • El fogón, de dos metros de altura, y de su ángulo emergían cuatro cuernos. (Ezequiel 43, 15)

  • Ésta era la visión de mi espíritu, en mi cama. Yo veía en medio de la tierra un árbol de impresionante altura. (Daniel 4, 7)

  • ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Romanos 8, 39)

  • para éstos, olor de muerte que mata; para aquéllos, olor de vida que da vida. ¿Y quién está a la altura de tal misión? (II Corintios 2, 16)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina