Encontrados 39 resultados para: Texto Sagrado

  • tributad al Señor la gloria de su nombre, adorad al Señor con esplendor sagrado. (Salmos 29, 2)

  • Salmo de Asaf Oh, Dios, los paganos han invadido tu heredad, han profanado tu sagrado templo, han hecho de Jerusalén un montón de ruinas; (Salmos 79, 1)

  • Copia del texto: "El 18 de elul del año 172, tercero de Simón, sumo sacerdote, en Asaramel, (I Macabeos 14, 27)

  • Los sacerdotes las sacaron para mostrarlas, y él entró con unos pocos en lo sagrado del templo. (II Macabeos 1, 15)

  • cercar el lugar, decretó que fuera sagrado, y fue día de alegría, (II Macabeos 1, 34)

  • Mandó a Eleazar leer el libro sagrado, y dando como contraseña "Dios ayuda", él mismo se puso al frente del primer escuadrón y cayó sobre Nicanor. (II Macabeos 8, 23)

  • He aquí el texto de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén a los ancianos de la cautividad, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor había deportado de Jerusalén a Babilonia, (Jeremías 29, 1)

  • -¡Cómo! ¿Apis se da a la fuga? ¿No resiste tu toro sagrado? ¡Sí, el Señor lo ha empujado, (Jeremías 46, 15)

  • Éste es el texto del libro escrito por Baruc, hijo de Nerías, hijo de Majsías, hijo de Sedecías, hijo de Asadías, hijo de Jelcías, en Babilonia, (Baruc 1, 1)

  • Baruc leyó el texto de este libro ante Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y ante todo el pueblo congregado para escuchar esta lectura, (Baruc 1, 3)

  • Sus sacerdotes han quebrantado mi ley y profanado mi santuario. No han distinguido entre lo sagrado y lo profano, ni han enseñado a discernir lo puro de lo impuro. Han cerrado sus ojos a las violaciones de mis sábados y yo he sido deshonrado en medio de ellos. (Ezequiel 22, 26)

  • Midió, por fin, el muro que lo cercaba todo alrededor: doscientos cincuenta metros de largo por doscientos cincuenta metros de ancho; servía para separar el lugar sagrado del profano. (Ezequiel 42, 20)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina