Encontrados 297 resultados para: sacrificio humano
Se reservará una oveja por cada rebaño de doscientas de las praderas de Israel, para la oblación, el holocausto y el sacrificio de comunión, como expiación por ellos, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 45, 15)
El príncipe se encargará de los holocaustos, de la oblación y de la libación en las fiestas, novilunios y sábados, en todas las solemnidades de la casa de Israel. El proveerá lo necesario para el sacrificio por el pecado, para la oblación, el holocausto y los sacrificios de comunión, para la expiación de la casa de Israel. (Ezequiel 45, 17)
Aquel día, el príncipe ofrecerá por sí mismo y por todo el pueblo de la tierra un novillo en sacrificio por el pecado. (Ezequiel 45, 22)
Durante los siete días de la fiesta, ofrecerá en holocausto a Yahveh siete novillos y siete carneros sin defecto, cada uno de los siete días, y en sacrificio por el pecado, un macho cabrío cada día. (Ezequiel 45, 23)
El día quince del séptimo mes, en la fiesta, hará lo mismo durante siete días, ofreciendo el sacrificio por el pecado, el holocausto, la oblación y el aceite. (Ezequiel 45, 25)
y el príncipe entrará desde el exterior por el vestíbulo del pórtico y se quedará de pie junto a las jambas del pórtico. Entonces los sacerdotes ofrecerán su holocausto y su sacrificio de comunión. El se postrará en el umbral del pórtico, luego saldrá, y no se cerrará el pórtico hasta la tarde. (Ezequiel 46, 2)
Cuando el príncipe ofrezca un holocausto voluntario o un sacrificio de comunión voluntario a Yahveh, se le abrirá el pórtico que mira a oriente, ofrecerá su holocausto y su sacrificio de comunión, de la misma manera que el día de sábado, saldrá luego, y el pórtico se cerrará en cuanto haya salido. (Ezequiel 46, 12)
ya no hay, en esta hora, príncipe, profeta ni caudillo, holocausto, sacrificio, oblación ni incienso ni lugar donde ofrecerte las primicias, (Daniel 3, 38)
tal sea hoy nuestro sacrificio ante ti, y te agrade que plenamente te sigamos, porque no hay confusión para los que en ti confian. (Daniel 3, 40)
Llegó incluso hasta el Jefe del ejército, abolió el sacrificio perpetuo y sacudió el cimiento de su santuario (Daniel 8, 11)
y al ejército; en el lugar del sacrificio puso la iniquidad y tiró por tierra la verdad; así obró y le acompañó el éxito. (Daniel 8, 12)
Oí entonces a un santo que hablaba, y a otro santo que decía al que hablaba: «¿Hasta cuándo la visión: el sacrificio perpetuo, la iniquidad desoladora, el santuario y el ejército pisoteados?» (Daniel 8, 13)