Encontrados 15 resultados para: respeto
Siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo. (Levítico 19, 15)
Por eso, Menelao, a solas con Andrónico, le incitaba a matar a Onías. Andrónico se llegó donde Onías, y, confiando en la astucia, estrechándole la mano y dándole la diestra con juramento, perusadió a Onías, aunque a éste no le faltaban sospechas, a salir de su refugio, e inmediatamente le dio muerte, sin respeto alguno a la justicia. (II Macabeos 4, 34)
Otros que se habían reunido en cuevas próximas para celebrar a escondidas el día séptimo, fueron denunciados a Filipo y quemados juntos, sin que quisieran hacer nada en su defensa, por respeto a la santidad del día. (II Macabeos 6, 11)
Hay quien se pierde a sí mismo por vergüenza, por respeto a un insensato se pierde. (Eclesiástico 20, 22)
Así dice Yahveh, el que rescata a Israel, el Santo suyo, a aquel cuya vida es despreciada, y es abominado de las gentes, al esclavo de los dominadores: Veránlo reyes y se pondrán en pie, príncipes y se postrarán por respeto a Yahveh, que es leal, al Santo de Israel, que te ha elegido. (Isaías 49, 7)
Pe. El Rostro de Yahveh los dispersó, no volverá a mirarlos. No hubo respeto para los sacerdotes, ni piedad para los ancianos. (Lamentaciones 4, 16)
Pues él trajo sobre ellos una nación de lejos, nación insolente, de lenguaje extraño, que no respetó al anciano, ni del niño tuvo compasión, (Baruc 4, 15)
No tienes respeto a mis cosas sagradas, profanas mis sábados. (Ezequiel 22, 8)
Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: "Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, (Lucas 18, 4)
Dad a cada cual lo que se debe: a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor. (Romanos 13, 7)
Esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de corazón, como a Cristo, (Efesios 6, 5)
Todos los que estén como esclavos bajo el yugo de la servidumbre consideren a sus dueños como dignos de todo respeto, para que no se blasfeme del nombre de Dios y de la doctrina. (I Timoteo 6, 1)