Encontrados 37 resultados para: dulce

  • La flauta y el salterio hacen el canto suave, pero más que ambas cosas la lengua dulce. (Eclesiástico 40, 21)

  • En la boca del descarado la mendicidad resulta dulce, pero en su vientre es un fuego que abrasa. (Eclesiástico 40, 30)

  • La memoria de Josías es mixtura de incienso preparado por arte de perfumista. En toda boca es dulce como miel, como música en medio de un banquete. (Eclesiástico 49, 1)

  • Y los salmistas también le alababan con sus voces, el son vibrante formaba una dulce melodía. (Eclesiástico 50, 18)

  • ¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! (Isaías 5, 20)

  • Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel! ¡Siéntate en tierra, destronada, hija de los caldeos! Ya no se te volverá a llamar la dulce, la exquisita. (Isaías 47, 1)

  • y me dijo: «Hijo de hombre, aliméntate y sáciate de este rollo que yo te doy.» Lo comí y fue en mi boca dulce como la miel. (Ezequiel 3, 3)

  • Este fue el crimen de tu hermana Sodoma: orgullo, voracidad, indolencia de la dulce vida tuvieron ella y sus hijas; no socorrieron al pobre y al indigente, (Ezequiel 16, 49)

  • ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga? (Santiago 3, 11)

  • ¿Acaso, hermanos míos, puede la higuera producir aceitunas y la vid higos? Tampoco el agua salada puede producir agua dulce. (Santiago 3, 12)

  • sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios. (I Pedro 3, 4)

  • Fui donde el Angel y le dije que me diera el librito. Y me dice: «Toma, devóralo; te amargará las entrñas, pero en tu boca será dulce como la miel.» (Apocalipsis 10, 9)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina