Encontrados 1236 resultados para: Dan
Respondió Jacob a Faraón: «Los años de mis andanzas hacen 130 años: pocos y malos han sido los años de mi vida, y no han llegado a igualar los años de vida de mis padres, en el tiempo de sus andanzas.» (Génesis 47, 9)
Agotada la plata de Egipto y de Canaán, acudió Egipto en masa a José diciendo: «Danos pan. ¿Por qué hemos de morir en tu presencia ahora que se ha agotado la plata?» (Génesis 47, 15)
¿Por qué hemos de morir delante de tus ojos así nosotros como nuestras tierras? Aprópiate de nosotros y de nuestras tierras a cambio de pan, y nosotros con nuestras tierras pasaremos a ser esclavos de Faraón. Pero danos simiente para que vivamos y no muramos, y el suelo no quede desolado.» (Génesis 47, 19)
Cuando yo venía de Paddán se me murió en el camino Raquel, tu madre, en el país de los cananeos, a poco trecho para llegar a Efratá, y allí la sepulté, en el camino de Efratá, o sea Belén.» (Génesis 48, 7)
No se irá de Judá el báculo, el bastón de mando de entre tus piernas. hasta tanto que se le traiga el tributo y a quien rindan homenaje las naciones; (Génesis 49, 10)
Dan juzgará a su pueblo como cualquiera de las tribus de Israel. (Génesis 49, 16)
Sea Dan una culebra junto al camino, una víbora junto al sendero, que pica al caballo en los jarretes y cae su jinete de espaldas. (Génesis 49, 17)
Llegados a Goren Haatad, que está allende el Jordán, hicieron allí un duelo muy grande y solemne, y José lloró a su padre durante siete días. (Génesis 50, 10)
Los cananeos, habitantes del país, vieron el duelo en Goren Haatad y dijeron: «Duelo de importancia es ése de los egipcios.» Por eso se llamó el lugar Abel Misráyim, que está allende el Jordán. (Génesis 50, 11)
Vieron los hermanos de José que había muerto su padre y dijeron: «A ver si José nos guarda rencor y nos devuelve todo el daño que le hicimos.» (Génesis 50, 15)
"Así diréis a José: Por favor, perdona el crimen de tus hermanos y su pecado." Cierto que te hicieron daño, pero ahora tú perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.» Y José lloró mientras le hablaban. (Génesis 50, 17)
Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pensó para bien, para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, a un pueblo numeroso. (Génesis 50, 20)