Encontrados 368 resultados para: Cristo

  • a fin de que tengáis por mi causa un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús cuando yo vuelva a estar entre vosotros. (Filipenses 1, 26)

  • Lo que importa es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, para que tanto si voy a veros como si estoy ausente, oiga de vosotros que os mantenéis firmes en un mismo espíritu y lucháis acordes por la fe del Evangelio, (Filipenses 1, 27)

  • Pues a vosotros se os ha concedido la gracia de que por Cristo... no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, (Filipenses 1, 29)

  • Así, pues, os conjuro en virtud de toda exhortación en Cristo, de toda persuasión de amor, de toda comunión en el Espíritu, de toda entrañable compasión, (Filipenses 2, 1)

  • Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: (Filipenses 2, 5)

  • y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2, 11)

  • presentándole la Palabra de vida para orgullo mío en el Día de Cristo, ya que no habré corrido ni me habré fatigado en vano. (Filipenses 2, 16)

  • ya que todos buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús. (Filipenses 2, 21)

  • ya que por la obra de Cristo ha estado a punto de morir, arriesgando su vida para supliros en el servicio que no podíais prestarme vosotros mismos. (Filipenses 2, 30)

  • Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza en la carne, (Filipenses 3, 3)

  • Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. (Filipenses 3, 7)

  • Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, (Filipenses 3, 8)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina