Encontrados 275 resultados para: Babilonia

  • Anunciadlo y hacedlo oír entre las gentes; levantad bandera; hacedlo oír; no lo calléis; decid: Ha sido tomada Babilonia, está confuso Bel, desmayó Marduk, están confusos sus ídolos, (desmayaron sus inmundicias). (Jeremías 50, 2)

  • Emigrad de Babilonia, y del país de los caldeos salid. Sed como los machos cabríos al frente del rebaño. (Jeremías 50, 8)

  • Porque mirad que yo hago que despierte y suba contra Babilonia una confederación de grandes naciones del norte, que se organizarán contra ella. Y por allí será tomada. Sus saetas, cual de valiente experto, no volverán de vacío. (Jeremías 50, 9)

  • Por la cólera de Yahveh no será poblada, mas estará desolada toda ella. Todo el que pase a la vera de Babilonia quedará atónito, y silbará al ver todas sus heridas. (Jeremías 50, 13)

  • Ordenaos contra Babilonia en derredor, todos los que asestáis arco; tirad contra ella, no escatiméis las flechas pues ha pecado contra Yahveh. (Jeremías 50, 14)

  • Suprimid de Babilonia al sembrador y al que maneja la hoz al tiempo de la siega. Ante la espada irresistible, cada uno enfilará hacia su pueblo, cada uno huirá a su tierra. (Jeremías 50, 16)

  • Rebaño disperso es Israel: leones lo ahuyentaron. El rey de Asiria lo devoró el primero, y Nabucodonosor, rey de Babilonia, lo quebrantó después. (Jeremías 50, 17)

  • Por tanto, así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: He aquí que yo visito al rey de Babilonia y su territorio, lo mismo que visité al rey de Asiria. (Jeremías 50, 18)

  • ¡Cómo se partió y fue quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo vino a ser pasmo Babilonia entre las naciones! (Jeremías 50, 23)

  • Te puse lazo y quedaste atrapada, Babilonia, sin darte cuenta; se dio contigo y fuiste capturada, porque contra Yahveh te sublevaste. (Jeremías 50, 24)

  • ¡Voces de huidos y escapados del país de Babilonia anunciando en Sión la venganza de Yahveh nuestro Dios, la venganza de su santuario! (Jeremías 50, 28)

  • Haced leva de flecheros contra Babilonia, todos los que asestáis arco acampad en torno suyo. Que no se escape nadie. Pagadle lo que vale su trabajo, Tal cual hizo, haced con ella, porque contra Yahveh se insolentó, contra el Santo de Israel. (Jeremías 50, 29)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina