Encontrados 202 resultados para: sacrificios
El necio se burla de los sacrificios expiatorios, pero entre los hombres rectos se encuentra el favor de Dios. (Proverbios 14, 9)
Practicar la justicia y el derecho agrada al Señor más que los sacrificios. (Proverbios 21, 3)
porque a todos les espera la misma suerte: al justo y al impío, al bueno y al malo, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece; lo mismo le pasa al bueno y al pecador, al que jura y al que teme hacer un juramento. (Eclesiastés 9, 2)
Por eso, los santos hijos de los justos ofrecieron sacrificios en secreto, y establecieron de común acuerdo esta ley divina: que los santos compartirían igualmente los mismos bienes y los mismos peligros; y ya entonces entonaron los cantos de los Padres. (Sabiduría 18, 9)
Sus sacrificios se consumen enteramente, dos veces por día, en forma continua. (Eclesiástico 45, 14)
porque ellos se alimentan de los sacrificios del Señor, que él concedió a Aarón y a su descendencia. (Eclesiástico 45, 21)
¿Qué me importa la multitud de sus sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de holocaustos de carneros y de la grasa de animales cebados; no quiero más sangre de toros, corderos y chivos. (Isaías 1, 11)
El Señor se dará a conocer a los egipcios, y los egipcios conocerán al Señor en aquel día. Lo servirán con sacrificios y oblaciones; harán votos al Señor y los cumplirán. (Isaías 19, 21)
No me trajiste el cordero de tus holocaustos ni me honraste con tus sacrificios; yo no te abrumé exigiéndote ofrendas ni te cansé reclamándote incienso. (Isaías 43, 23)
yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos. (Isaías 56, 7)
Sobre una montaña alta y empinada has instalado tu lecho, y allí has subido a ofrecer sacrificios. (Isaías 57, 7)
¿Qué me importa el incienso que llega de Sabá y la caña aromática de un país lejano? Yo no acepto los holocaustos de ustedes y sus sacrificios no me agradan. (Jeremías 6, 20)