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  • El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó. Él es mi Dios y yo lo glorifico, es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza. (Exodo 15, 2)

  • Por eso, Señor, manifiesta la grandeza de tu poder, como tú lo has declarado, cuando dijiste: (Números 14, 17)

  • "Señor, tú que has comenzado a mostrar a tu servidor tu grandeza y tu mano poderosa, porque no hay ningún dios en el cielo o en la tierra capaz de realizar las obras y los portentos que tú realizas: (Deuteronomio 3, 24)

  • y me dijeron: "El Señor, nuestro Dios, nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz, que salía desde el fuego. Hoy hemos visto que Dios puede hablar con los hombres sin que por eso mueran. (Deuteronomio 5, 24)

  • Entonces intercedí ante el Señor con estas palabras: "Señor, no destruyas al pueblo que es tu herencia, ese pueblo que tú has rescatado por tu grandeza, y que hiciste salir de Egipto con mano poderosa. (Deuteronomio 9, 26)

  • Ustedes -y no sus hijos, que no han conocido ni experimentado la lección del Señor- son los que conocen hoy su grandeza, el poder de su mano y la fuerza de su brazo; (Deuteronomio 11, 2)

  • Por amor a tu servidor y conforme a tu designio, Señor, tú has realizado toda esta gran obra, dando así a conocer tu inmensa grandeza. (I Crónicas 17, 19)

  • Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra. Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo. (I Crónicas 29, 11)

  • pero allí les ha mostrado su grandeza. Exáltenlo ante todos los vivientes porque él es nuestro Señor, nuestro Dios y nuestro Padre, él es Dios por todos los siglos. (Tobías 13, 4)

  • Yo lo celebro en el país del destierro, y manifiesto su fuerza y su grandeza a un pueblo pecador. ¡Conviértanse, pecadores, y practiquen la justicia en su presencia! ¡Quién sabe si él no les será favorable y tendrá misericordia de ustedes! (Tobías 13, 8)

  • Yo glorifico a mi Dios, el Rey del cielo, y mi alma proclama gozosamente su grandeza. (Tobías 13, 9)

  • Tobit murió en paz a la edad de ciento doce años y fue enterrado honrosamente en Nínive. Él tenía sesenta y dos años cuando se quedó ciego; y después de recuperar la vista, vivió en la abundancia, haciendo limosnas, bendiciendo siempre a Dios y celebrando su grandeza. (Tobías 14, 2)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina