Encontrados 52 resultados para: Simeón

  • Luego volvió a concebir, y tuvo otro hijo. Entonces exclamó: "El Señor se dio cuenta de que yo no era amada, y por eso me dio también a este". Y lo llamó Simeón. (Génesis 29, 33)

  • Al tercer día, cuando todavía estaban convalecientes, Simeón y Leví, dos de los hijos de Jacob, hermanos de Dina, empuñaron cada uno su espada, entraron en la ciudad sin encontrar ninguna resistencia, y mataron a todos los varones. (Génesis 34, 25)

  • Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: "Ustedes me han puesto en un grave aprieto, haciéndome odioso a los cananeos y perizitas que habitan en este país. Yo dispongo de pocos hombres, y si ellos se unen contra mí y me atacan, seré aniquilado con toda mi familia". (Génesis 34, 30)

  • Los hijos de Lía fueron Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. (Génesis 35, 23)

  • José se alejó de ellos para llorar; y cuando estuvo en condiciones de hablarles nuevamente, separó a Simeón y ordenó que lo ataran a la vista de todos. (Génesis 42, 24)

  • Entonces Jacob les dijo: "Ustedes me van a dejar sin hijos. Primero, perdí a José; después, a Simeón; y ahora quieren quitarme a Benjamín. ¡A mí tenían que pasarme todas estas cosas!". (Génesis 42, 36)

  • Pero él respondió: "Quédense tranquilos, no teman. Su Dios y el Dios de su padre les puso ese dinero en las bolsas. La suma que ustedes pagaron está en mi poder". Y en seguida les presentó a Simeón. (Génesis 43, 23)

  • Los hijos de Simeón: Iemuel, Iamín, Ohad, Iaquín, Sójar y Saúl, el hijo de la cananea. (Génesis 46, 10)

  • Ahora bien, los dos hijos que tuviste en Egipto antes que yo viniera a reunirme contigo, serán mis hijos. Efraím y Manasés serán míos, como lo son Rubén y Simeón. (Génesis 48, 5)

  • Simeón y Leví son hermanos, sus cuchillos son instrumentos de violencia. (Génesis 49, 5)

  • Rubén, Simeón, Leví y Judá, (Exodo 1, 2)

  • Los hijos de Simeón fueron Iemuel, Iamín, Ohad, Iaquín, Sójar y Saúl, el hijo de la cananea. Estos son los clanes de Simeón. (Exodo 6, 15)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina