Encontrados 1233 resultados para: Saúl intenta matar a David
Mientras Saúl le hablaba al sacerdote, el tumulto crecía cada vez más en el campamento de los filisteos. Saúl dijo al sacerdote: "Retira tu mano". (I Samuel 14, 19)
Luego Saúl y toda la tropa que lo acompañaba se reunieron y avanzaron hacia el lugar del combate: allí los filisteos habían desenvainado la espada unos contra otros, y la confusión era total. (I Samuel 14, 20)
Los hebreos que antes habían estado al servicio de los filisteos, y que habían subido con ellos al campamento, también se plegaron a los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. (I Samuel 14, 21)
Los israelitas estaban exhaustos aquel día, porque Saúl había pronunciado sobre el pueblo esta imprecación: "Maldito el hombre que coma algo hasta la tarde, antes que me haya vengado de mis enemigos". Y nadie comió un solo bocado. (I Samuel 14, 24)
Entonces le avisaron a Saúl: "El pueblo está pecando contra el Señor, porque come carne con sangre". Él replicó: "¡Ustedes son unos traidores! Hagan rodar hasta aquí, ahora mismo, una piedra bien grande". (I Samuel 14, 33)
Saúl edificó un altar al Señor, y ese fue el primer altar erigido por él. (I Samuel 14, 35)
Saúl dijo a la tropa: "Bajemos esta noche a perseguir a los filisteos; los saquearemos hasta que despunte el alba y no les dejaremos ni un solo hombre". Ellos respondieron: "Obra como mejor te parezca". Pero el sacerdote dijo: "Consultemos a Dios aquí mismo". (I Samuel 14, 36)
Entonces Saúl interrogó a Dios: "¿Debo bajar a perseguir a los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel?". Pero Dios no le respondió nada aquel día. (I Samuel 14, 37)
Saúl dijo entonces: "¡Adelántense, ustedes, todos los dignatarios del pueblo! Infórmense y vean en qué consiste el pecado cometido hoy. (I Samuel 14, 38)
Saúl dijo a todo Israel: "Ustedes se quedarán de un lado, y yo y mi hijo Jonatán del otro". El pueblo dijo a Saúl: "Obra como mejor te parezca". (I Samuel 14, 40)
Saúl dijo al Señor: "Dios de Israel, danos una respuesta exacta". La suerte cayó sobre Saúl y Jonatán, mientras que el pueblo quedó libre. (I Samuel 14, 41)
"Ahora, añadió Saúl, echen la suerte entre mi hijo Jonatán y yo". Y la suerte cayó sobre Jonatán. (I Samuel 14, 42)