Encontrados 39 resultados para: Ben-hadad

  • Un tiempo después, Ben Hadad, rey de Arám, movilizó todo su ejército y sitió a Samaría. (II Reyes 6, 24)

  • Eliseo se dirigió a Damasco. Ben Hadad, rey de Arám, estaba enfermo. Cuando le avisaron: "El hombre de Dios ha venido hasta aquí", (II Reyes 8, 7)

  • Jazael fue al encuentro de Eliseo llevando como presente cuarenta camellos cargados con lo mejor que había en Damasco. Al llegar, se presentó ante él y le dijo: "Tu hijo Ben Hadad, rey de Arám, me ha enviado a preguntarte: ¿Me restableceré de esta enfermedad?". (II Reyes 8, 9)

  • La ira del Señor se encendió contra Israel, y lo entregó en manos de Jazael, rey de Arám, y de Ben Hadad, hijo de Jazael, todo aquel tiempo. (II Reyes 13, 3)

  • Jazael, rey de Arám, murió, y su hijo Ben Hadad reinó en lugar de él. (II Reyes 13, 24)

  • Entonces Joás, hijo de Joacaz, recuperó del poder de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que Jazael había arrebatado con las armas a su padre Joacaz. Joás lo derrotó tres veces, y así recuperó las ciudades de Israel. (II Reyes 13, 25)

  • Cuando murió Jusám, lo sucedió Hadad, hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; el nombre de su ciudad era Avit. (I Crónicas 1, 46)

  • Cuando murió Hadad, lo sucedió Samlá, de Masrecá. (I Crónicas 1, 47)

  • Cuando murió Baal Janán, hijo de Acbor, lo sucedió Hadad; el nombre de su ciudad era Pai, y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred, que a su vez, era hija de Mezahab. (I Crónicas 1, 50)

  • Murió Hadad, y hubo caudillos en Edóm: el caudillo Timná, el caudillo Aliá, el caudillo Ietet, (I Crónicas 1, 51)

  • Entonces Asá recogió plata y oro de los tesoros de la Casa del Señor y de la casa del rey, y se los envió a Ben Hadad, rey de Arám, que residía en Damasco, con el siguiente mensaje: (II Crónicas 16, 2)

  • Ben Hadad le hizo caso y envió a los jefes de su ejército contra las ciudades de Israel. Ellos atacaron a Ión, Dan, Abel Maim y todos los depósitos de las ciudades de Neftalí. (II Crónicas 16, 4)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina