Encontrados 58 resultados para: Abominaciones

  • Por eso, di a la casa de Israel: Así habla el Señor: Conviértanse, apártense de sus ídolos; aparten su rostro de todas sus abominaciones. (Ezequiel 14, 6)

  • Hijo de hombre, da a conocer a Jerusalén sus abominaciones. (Ezequiel 16, 2)

  • En medio de todas tus abominaciones y prostituciones, no te acordaste de los días de tu juventud, cuando estabas completamente desnuda, revolcándote en tu sangre. (Ezequiel 16, 22)

  • Pero tú no te has contentado con seguir sus caminos y practicar sus mismas abominaciones, sino que te has corrompido más que ellas en todos tus caminos. (Ezequiel 16, 47)

  • se enorgullecieron y cometieron abominaciones en mi presencia. Por eso las rechacé, como tú lo has visto. (Ezequiel 16, 50)

  • Y Samaría no cometió ni la mitad de tus pecados. Tú has cometido más abominaciones que tus hermanas, y con las abominaciones cometidas has hecho que ellas parecieran justas. (Ezequiel 16, 51)

  • Así cargarás con tu infamia y con tus abominaciones -oráculo del Señor-. (Ezequiel 16, 58)

  • que oprime al pobre y al indigente, que saca las cosas por la fuerza y no devuelve la prenda; que levanta sus ojos a los ídolos y comete abominaciones; (Ezequiel 18, 12)

  • que presta con usura y cobra intereses: este hijo no vivirá. A causa de todas las abominaciones que cometió, morirá irremediablemente, y su sangre recaerá sobre él. (Ezequiel 18, 13)

  • Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna de las obras justas que haya hecho será recordada: a causa de la infidelidad y del pecado que ha cometido, morirá. (Ezequiel 18, 24)

  • ¿Vas a juzgarlos? ¿Vas a juzgarlos, hijo de hombre? Dales a conocer las abominaciones de sus padres. (Ezequiel 20, 4)

  • Por eso, di a la casa de Israel: Así habla el Señor: ¡Ustedes se están contaminando de la misma manera que sus padres y se están prostituyendo con sus abominaciones! (Ezequiel 20, 30)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina