Encontrados 36 resultados para: sol se detuvo

  • Pero al pasar la puerta de la ciudad que lleva a Benjamín, el vigilante Jerías, hijo de Selemías, detuvo al profeta diciendo: «Tú te pasas a los caldeos.» (Jeremías 37, 13)

  • La Gloria de Yavé salió de la Casa y se detuvo encima de los querubines. (Ezequiel 10, 18)

  • La Gloria de Yavé se levantó desde el centro de la ciudad; se elevó y se detuvo en la montaña que está al oriente de la ciudad. (Ezequiel 11, 23)

  • El rey de Babilonia se detuvo en el cruce de caminos, se ve la suerte, sacude las flechas, interroga a los ídolos, examina el hígado de los animales. (Ezequiel 21, 26)

  • Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. (Evangelio según San Mateo 2, 9)

  • Jesús se detuvo, los llamó y les preguntó: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» (Evangelio según San Mateo 20, 32)

  • Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo.» Llamaron, pues, al ciego diciéndole: «Vamos, levántate, que te está llamando.» (Evangelio según San Marcos 10, 49)

  • Jesús bajó con ellos y se detuvo en un lugar llano. Había allí un grupo impresionante de discípulos suyos y una cantidad de gente procedente de toda Judea y de Jerusalén, y también de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades; (Evangelio según San Lucas 6, 17)

  • se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto. Al instante se le detuvo el derrame. (Evangelio según San Lucas 8, 44)

  • Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran, y cuando tuvo al ciego cerca, le preguntó: (Evangelio según San Lucas 18, 40)

  • Pero ustedes saben quién lo reprendió por su torpeza: su burra empezó a hablar con voz humana y detuvo al profeta en su locura. (2º Carta de Pedro 2, 16)

  • con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera. (Apocalipsis 12, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina