Encontrados 98 resultados para: poderoso

  • Tienen a un poderoso defensor, Yavé mismo, quien asumirá su causa en contra tuya. (Proverbios 23, 11)

  • El hombre sabio supera al poderoso, el hombre de experiencia vale más que el forzudo; (Proverbios 24, 5)

  • Todo lo que existe ya ha recibido su nombre, y se sabe lo que es un hombre: no puede discutir con Alguien más poderoso que él. (Eclesiastés (Qohelet) 6, 10)

  • La sabiduría hace al sabio más poderoso que los diez jefes de su ciudad. (Eclesiastés (Qohelet) 7, 19)

  • No maldigas al rey ni siquiera de pensamiento; ni maldigas al poderoso, ni siquiera en el secreto de tu pieza: un pajarito del cielo podría llevarle el rumor, un par de alas le daría a conocer el asunto. (Eclesiastés (Qohelet) 10, 20)

  • Pero aun sin eso, bastó que tu justicia los persiguiera, que tu poderoso aliento los dispersara; pues podías derribarlos de un soplido. No lo quisiste, porque respetas totalmente lo que has dispuesto: mesura, número y peso. (Sabiduría 11, 20)

  • Pero, aunque seas un Señor poderoso, juzgas con moderación y nos gobiernas con mucha paciencia, porque eres libre de intervenir cuando quieras. (Sabiduría 12, 18)

  • Si estaban impresionados por su fuerza y su actividad, debieron haber comprendido que su Creador es más poderoso aún. (Sabiduría 13, 4)

  • Los impíos que se negaron a reconocerte fueron azotados por tu brazo poderoso, perseguidos por lluvias extraordinarias, por el graniza, y tormentas inclementes; el fuego los devoró. (Sabiduría 16, 16)

  • Porque si hay alguien realmente poderoso, ese es el Señor, y los humildes son los que lo honran. (Sirácides (Eclesiástico) 3, 20)

  • No te amilanes ante un tonto; ni te dejes influenciar por un poderoso. (Sirácides (Eclesiástico) 4, 27)

  • No aspires a tener un puesto de responsabilidad si no eres lo bastante fuerte para arrancar de raíz la injusticia: te dejarás intimidar por un poderoso y perderás tu integridad. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 6)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina