Encontrados 360 resultados para: poder divino

  • con cantidad de milagros y prodigios, y el poder del Espíritu Santo. Desde Jerusalén hasta el Ilírico, por todas partes he esparcido la Buena Nueva de Cristo. (Carta a los Romanos 15, 19)

  • ¡Gloria sea dada al que tiene poder para afirmarlos en el Evangelio que anuncio y en la proclamación de Cristo Jesús! Pues se está descubriendo el plan misterioso mantenido oculto desde tantos siglos, (Carta a los Romanos 16, 25)

  • Porque el lenguaje de la cruz resulta una locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es poder de Dios. (1º Carta a los Corintios 1, 18)

  • Mis palabras y mi mensaje no contaron con los recursos de la oratoria, sino con manifestaciones de espíritu y poder, (1º Carta a los Corintios 2, 4)

  • para que su fe se apoyara, no en sabiduría humana, sino en el poder de Dios. (1º Carta a los Corintios 2, 5)

  • Porque el Reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder. (1º Carta a los Corintios 4, 20)

  • Reunidos ustedes y mi espíritu, en el nombre de nuestro Señor Jesús y con su poder, (1º Carta a los Corintios 5, 4)

  • Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder. (1º Carta a los Corintios 6, 14)

  • a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu; a otro, hablar en lenguas; a otro, interpretar lo que se dijo en lenguas. (1º Carta a los Corintios 12, 10)

  • Está dicho que debe ejercer el poder hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies, (1º Carta a los Corintios 15, 25)

  • Me alegro, pues, de poder confiar totalmente en ustedes. (2º Carta a los Corintios 7, 16)

  • Y aunque parezca demasiado seguro del poder que el Señor me dio para edificarlos, no para destruirlos, no me avergonzaré de haberlo dicho. (2º Carta a los Corintios 10, 8)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina