Encontrados 93 resultados para: pacto eterno

  • Después, habiendo conversado con el pueblo, dispuso a los cantores de Yavé y a los salmistas que marcharían al frente de las tropas vestidos de ornamentos sagrados: «Alaben a Yavé porque es eterno su amor.» (2 Crónicas 20, 21)

  • El año séptimo, Joyadá cobró ánimo y mandó a buscar a los jefes de cien que dependían de Azarías, hijo de Jerojam, de Israel, hijo de Jojanán, de Azarías, hijo de Obed, de Masaías, hijo de Adarías, y de Elisafat, hijo de Sikrí. Había arreglado un pacto con ellos. (2 Crónicas 23, 1)

  • Toda la asamblea hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Joyadá les dijo: «Aquí tienen ustedes al hijo del rey; él reinará como dijo Yavé a los hijos de David. (2 Crónicas 23, 3)

  • Joyadá pactó con todo el pueblo y el rey una alianza según la cual se comprometían a ser el pueblo de Yavé. (2 Crónicas 23, 16)

  • Cantando y alabando, daban gracias a Yavé: «Porque es bueno, porque es eterno su amor para Israel.» Todo el pueblo lanzaba gritos con grandes clamores, alabando a Yavé porque se ponían los cimientos de la Casa de Yavé. (Esdras 3, 11)

  • Y sólo yo iba a Jerusalén con frecuencia para participar en las fiestas, como está ordenado a todo Israel por decreto eterno. Apenas cobraba las primeras crías, los diezmos de las cosechas y las primicias del esquileo de las ovejas, acudía a Jerusalén (Tobías 1, 6)

  • Yo había hecho ese pacto con mis ojos de ni siquiera mirar a una doncella. (Job 31, 1)

  • yo digo: tu favor es eterno, al hacer el cielo, pusiste en él tu fidelidad. (Salmos 89, 3)

  • del pacto que con Abrahán concluyó, y de su juramento a Isaac. (Salmos 105, 9)

  • pues nada logrará perturbarlo: el recuerdo del justo será eterno. (Salmos 112, 6)

  • Entonces, todos en el pueblo se aterrorizaron. Decían: «Estos hombres no son buenos ni sinceros, pues han violado el pacto que hicieron con juramento.» (1 Macabeos 7, 18)

  • tú, solo generoso, solo justo, todopoderoso y eterno, que salvas a Israel de todo mal, que elegiste a nuestros padres y los santificaste, (2 Macabeos 1, 25)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina