Encontrados 88 resultados para: huesos secos
La gracia de una esposa regocija a su marido, pero su saber actuar lo reconforta hasta la médula de sus huesos. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 13)
Un latigazo deja una herida, una lengua suelta rompe los huesos. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 17)
¡Que sus huesos reflorezcan en sus tumbas, que los hijos de esos hombres ilustres sean dignos del nombre de sus padres! (Sirácides (Eclesiástico) 46, 12)
En cuanto a los doce Profetas, que sus huesos reflorezcan donde cayeron. Porque consolaron a Jacob, lo salvaron reavivando sus esperanzas. (Sirácides (Eclesiástico) 49, 10)
He cavado pozos en tierra extranjera, he bebido sus aguas, y dejé secos, al pasar, todos los ríos de Egipto.» (Isaías 37, 25)
grité hasta el amanecer. Como un león ha molido todos mis huesos. (Isaías 38, 13)
Yavé te confortará en cada momento, en los lugares desérticos te saciará. El rejuvenecerá tus huesos y serás como huerto regado, cual manantial de agua inagotable. (Isaías 58, 11)
Miré los campos floridos, pero estaban secos, y todas las ciudades habían sido destruidas por Yavé y por el ardor de su cólera. (Jeremías 4, 26)
En ese tiempo, dice Yavé, sacarán de sus tumbas los huesos de los reyes de Judá; los de los príncipes, los de los sacerdotes, los de los profetas y los de los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 8, 1)
Por eso decidí no recordar más a Yavé, ni hablar más en su nombre, pero sentía en mí algo así como un fuego ardiente aprisionado en mis huesos, y aunque yo trataba de apagarlo, no podía. (Jeremías 20, 9)
Israel era una oveja perdida, perseguida por leones. Primero, el rey de Asur la devoró, y luego, Nabucodonosor, rey de Babilonia, se comió sus huesos. (Jeremías 50, 17)
El fuego que lanzó de lo alto bajó hasta mis huesos; tendió una red a mis pies y me hizo caer de espaldas. Me dejó abandonada y siempre doliente. (Lamentaciones 1, 13)