Encontrados 1870 resultados para: hijo de la promesa

  • ¿Qué pasará entonces con el que pisoteó al Hijo de Dios? ¿Qué castigo merecerá, según ustedes, el que ha profanado la sangre de la alianza con la cual fue santificado y ha insultado al Espíritu, don de Dios? (Carta a los Hebreos 10, 29)

  • Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que consigan su promesa. (Carta a los Hebreos 10, 36)

  • La fe hizo que se quedara en la tierra prometida, que todavía no era suya. Allí vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, a los que beneficiaba la misma promesa. (Carta a los Hebreos 11, 9)

  • Por la fe pudo tener un hijo a pesar de su avanzada edad y de que Sara era también estéril, pues tuvo confianza en el que se lo prometía. (Carta a los Hebreos 11, 11)

  • Por la fe Abrahán fue a sacrificar a Isaac cuando Dios quiso ponerlo a prueba; estaba ofreciendo al hijo único que debía heredar la promesa, (Carta a los Hebreos 11, 17)

  • Abrahán pensó seguramente: Dios es capaz de resucitar a los muertos. Por eso recobró a su hijo, lo que tiene un sentido para nosotros. (Carta a los Hebreos 11, 19)

  • Por la fe Moisés, ya crecido, se negó a ser llamado hijo de una hija del faraón, (Carta a los Hebreos 11, 24)

  • Todos éstos merecieron que se recordara su fe, pero no por eso consiguieron el objeto de la promesa. (Carta a los Hebreos 11, 39)

  • Tal vez hayan olvidado la palabra de consuelo que la sabiduría les dirige como a hijos: Hijo, no te pongas triste porque el Señor te corrige, no te desanimes cuando te reprenda; (Carta a los Hebreos 12, 5)

  • pues el Señor corrige al que ama y castiga al que recibe como hijo. (Carta a los Hebreos 12, 6)

  • Ustedes sufren, pero es para su bien, y Dios los trata como a hijos: ¿a qué hijo no lo corrige su padre? (Carta a los Hebreos 12, 7)

  • Que no haya ningún inmoral, impío como Esaú, que por un guiso entregó sus derechos sagrados de hijo mayor. (Carta a los Hebreos 12, 16)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina