Encontrados 197 resultados para: hijas

  • Más aún, tomaste a tus hijos y a tus hijas que tú me habías dado, y se los ofreciste para que los devoraran: ¿y no te bastaba eso que te corrompías? (Ezequiel 16, 20)

  • Condenarán tus hijas - tus ciudades - a la hoguera en presencia de todas las demás mujeres; así haré que no puedas más prostituirte ni pagarte amantes. (Ezequiel 16, 41)

  • Tu hermana mayor es Samaría que vive con sus hijas al lado norte tuyo, tu hermana menor es Sodoma que vive con sus hijas hacia el sur. (Ezequiel 16, 46)

  • Por mi vida, dice Yavé, que tu hermana Sodoma y sus hijas no actuaron como tú y tus hijas. (Ezequiel 16, 48)

  • ¿Cuál fue el pecado de tu hermana Sodoma? Era orgullosa, comía bien y vivía sin preocupaciones, ella y sus hijas no hicieron nada por el pobre y el desgraciado. (Ezequiel 16, 49)

  • Las restableceré, restableceré a Sodoma y a sus hijas, restableceré a Samaría y a sus hijas, y luego te restableceré a ti en medio de ellas. (Ezequiel 16, 53)

  • Tus hermanas, Sodoma y sus hijas, Samaría y sus hijas serán restablecidas como eran antes; tú y tus hijas también serán restablecidas como antes. (Ezequiel 16, 55)

  • Te acordarás entonces de tu conducta y te avergonzarás de ella cuando recibas a tus hermanas, tanto a las mayores como a las menores, cuando te las entregue como hijas, sin renegar en nada de mi alianza contigo. (Ezequiel 16, 61)

  • "Hijo de hombre, había dos mujeres, hijas de una misma madre. (Ezequiel 23, 2)

  • La mayor se llamaba Ohola y su hermana Oholiba; eran mías y me dieron hijos e hijas. Ohola es Samaría y Oholiba, Jerusalén. (Ezequiel 23, 4)

  • La desnudaron, tomaron a sus hijos e hijas y los mataron a espada; se hizo famosa entre las mujeres debido al castigo que se le infligió. (Ezequiel 23, 10)

  • Daré libre curso a mis celos contigo: te tratarán cruelmente, te cortarán la nariz y las orejas, y lo que quede de tus hijos caerá por la espada. Tomarán a tus hijos y a tus hijas, y los sobrevivientes serán devorados por las llamas. (Ezequiel 23, 25)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina