Encontrados 86 resultados para: baal-berit

  • Jesebón y todos sus pueblos que están sobre la meseta: Dibón, Bamot-Baal y la ciudad de Baalmon, (Josué 13, 17)

  • Desde aquí la frontera tuerce y vuelve en dirección del suroeste, desde el cerro frente a Bet-Horón hasta Cariat-Baal, llamada también Cariatiarim, ciudad de los hijos de Judá. Este era el lado occidental. (Josué 18, 14)

  • ¿Les parece poco el pecado que se cometió en Baal Fogor, del que todavía no estamos purificados aún, cuando Israel tuvo que padecer un terrible castigo? (Josué 22, 17)

  • Al ver Yavé que lo abandonaban para servir a Baal y a Astarté, se enojó contra su pueblo, entregándolo en manos de saqueadores, que los dejaron en la miseria. (Jueces 2, 13)

  • Quedaron los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jeveos del monte Líbano, desde la montaña de Baal-Hermón hasta la entrada de Jamat. (Jueces 3, 3)

  • Aquella misma noche Yavé dijo a Gedeón: «Lleva contigo a diez servidores de tu padre y un toro de siete años. Derriba el altar de Baal que cuida tu padre y corta el tronco sagrado que está a su lado. (Jueces 6, 25)

  • Al día siguiente, toda la gente del pueblo vio el altar de Baal hecho pedazos y el tronco sagrado arrasado. Fuera de esto, vieron que un toro había sido sacrificado sobre el nuevo altar. (Jueces 6, 28)

  • y fueron a decir a Joás: «Entréganos a tu hijo y que muera por haber derribado el altar de Baal y cortado el tronco sagrado.» (Jueces 6, 30)

  • Pero Joás dijo a la gente sublevada: «¿Ustedes son los que van a defender a Baal y lo van a salvar? Si es Dios, que se defienda a sí mismo, ya que le destruyeron su altar.» (Jueces 6, 31)

  • Aquel día dieron a Gedeón el nombre de Jerubaal, o sea: Baal-se-defienda, pues decían: «Que Baal se defienda de él, porque le destruyó su altar.» (Jueces 6, 32)

  • Después de la muerte de Gedeón, los israelitas volvieron a prostituirse tras de los Baales y tomaron por Dios a Baal-Berit. (Jueces 8, 33)

  • «Es nuestro hermano.» Le dieron, pues, setenta monedas de plata del templo de Baal-Berit, con las que Abimelec contrató a hombres malvados y aventureros que marcharon con él. (Jueces 9, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina