Encontrados 170 resultados para: Pedro

  • Envía mensajeros a Jope y haz buscar a Simón, llamado Pedro, que se hospeda en casa del curtidor Simón, junto al mar." (Hecho de los Apóstoles 10, 32)

  • Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas. (Hecho de los Apóstoles 10, 34)

  • Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo bajó sobre todos los que escuchaban la Palabra. (Hecho de los Apóstoles 10, 44)

  • Y los creyentes de origen judío, que habían venido con Pedro, quedaron atónitos: «¡Cómo! ¡Dios regala y derrama el Espíritu Santo también sobre los que no son judíos!» (Hecho de los Apóstoles 10, 45)

  • Entonces Pedro dijo: «¿Podemos acaso negarles el agua y no bautizar a quienes han recibido el Espíritu Santo como nosotros?» (Hecho de los Apóstoles 10, 47)

  • cuando Pedro subió a Jerusalén, los creyentes judíos comenzaron a criticar su actitud: (Hecho de los Apóstoles 11, 2)

  • Entonces Pedro se puso a explicarles los hechos punto por punto: (Hecho de los Apóstoles 11, 4)

  • Oí también una voz que me decía: «Pedro, levántate, mata y come.» (Hecho de los Apóstoles 11, 7)

  • El nos contó cómo había visto a un ángel que se presentó en su casa y le dijo: Envía a alguien a Jope, y que traiga a Simón, llamado Pedro. (Hecho de los Apóstoles 11, 13)

  • y, al ver que esto agradaba a los judíos, mandó detener también a Pedro: eran precisamente los días de la fiesta de los Panes Azimos. (Hecho de los Apóstoles 12, 3)

  • Y mientras Pedro era custodiado en la cárcel, toda la Iglesia oraba incesantemente por él a Dios. (Hecho de los Apóstoles 12, 5)

  • Llegaba el día en que Herodes iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y otros guardias custodiaban la puerta de la cárcel. (Hecho de los Apóstoles 12, 6)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina