Encontrados 808 resultados para: Ley de Moisés
Y han oído decir que enseñas a todos los judíos del mundo pagano que se aparten de Moisés, que no circunciden a sus hijos ni vivan según las tradiciones judías. (Hecho de los Apóstoles 21, 21)
Pero, con la ayuda de Dios, seguí dando mi testimonio a grandes y pequeños hasta el día de hoy. En ningún momento me aparto de lo que Moisés y los Profetas dijeron de antemano: (Hecho de los Apóstoles 26, 22)
Fijaron con él un día y vinieron en gran número donde se hospedaba. Pablo les hizo una exposición; desde la mañana hasta la noche les habló del Reino de Dios, partiendo de la Ley de Moisés y los Profetas, y trataba de convencerlos acerca de Jesús. (Hecho de los Apóstoles 28, 23)
Por eso, desde Adán hasta Moisés, la muerte tuvo poder, incluso sobre aquellos que no desobedecían abiertamente como en el caso de Adán. Pero otro Adán superior a éste había de venir. (Carta a los Romanos 5, 14)
Dice sin embargo a Moisés: Seré misericordioso con quien quiera serlo, y me compadeceré de quien quiera compadecerme. (Carta a los Romanos 9, 15)
Moisés habla de ser justo en base a la Ley, pues escribe: Quien la cumpla, hallará por ella la vida. (Carta a los Romanos 10, 5)
Y sigo preguntando: ¿Cómo puede ser que Israel no entendió? Y de inmediato Moises nos dice: Yo haré que te pongas celoso de una nación que ni siquiera es nación; excitaré tu enojo contra una nación insensata. (Carta a los Romanos 10, 19)
En efecto, en la ley de Moisés está escrito: No pongas bozal al buey que trilla. ¿Creen que Dios se preocupa de los bueyes? (1º Carta a los Corintios 9, 9)
Todos recibieron ese bautismo de la nube y del mar, para que así fueran el pueblo de Moisés; (1º Carta a los Corintios 10, 2)
Cuando se dieron leyes grabadas en tablas de piedra, ese ministerio fue rodeado de gloria, a pesar de que no traía más que sentencias de nuerte; eso no obstante, los israelitas no podían fijar su mirada en el rostro de Moisés a causa de su resplandor, aunque era fugaz. (2º Carta a los Corintios 3, 7)
No es como Moisés, que se cubría el rostro con un velo para que los israelitas no vieran el momento en que se apagara su resplandor. (2º Carta a los Corintios 3, 13)
Por más que lean a Moisés, el velo cubre su entendimiento hasta hoy, (2º Carta a los Corintios 3, 15)