Encontrados 142 resultados para: Daniel en el foso de los leones
Tomó el rey la palabra y dijo a Daniel (por sobrenombre Beltsasar): «¿Eres capaz de decirme el sueño que tuve y de interpretarlo?» Daniel interpreta el sueño (Daniel 2, 26)
Daniel tomó la palabra en presencia del rey y dijo: «El misterio que el rey quiere saber no hay sabios, magos, adivinos ni astrólogos que se lo puedan revelar, (Daniel 2, 27)
Al oír esto, el rey Nabucodonosor se arrodilló delante de Daniel y ordenó que se le ofreciera un regalo. (Daniel 2, 46)
El rey dijo a Daniel: «Verdaderamente el Dios de ustedes es el Dios de los dioses y el Señor de los reyes, el revelador de los misterios, puesto que tú pudiste explicar este misterio.» (Daniel 2, 47)
Y el rey concedió a Daniel un cargo importante y le dio muchos y magníficos regalos. Lo hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe supremo de todos los sabios. (Daniel 2, 48)
Daniel, pues, influyó ante el rey para que encargara la administración de la provincia de Babilonia a Sidrac, Misac y Abdénago, quedando Daniel a disposición del rey. (Daniel 2, 49)
Después se presentó Daniel ante mí, por sobrenombre Beltsasar, según el nombre de mi dios, pues en él reside el espíritu de los dioses santos; yo le conté el sueño en esta forma: (Daniel 4, 5)
Entonces, Daniel, por sobrenombre Beltsasar, quedó un instante aturdido y pareció muy turbado. El rey tomó la palabra y dijo: «Beltsasar, ¿qué hay en ese sueño o en su interpretación que te turbe tanto?» Respondió Beltsasar: «Señor mío, ¡ojalá que este sueño sea para tus enemigos y su contenido se refiera a tus adversarios (Daniel 4, 16)
Puesto que este Daniel tiene un espíritu extraordinario, ciencia, inteligencia y arte de interpretar los sueños, de descifrar enigmas y de resolver dificultades, que se llame a Daniel y él explicará este prodigio. (Daniel 5, 12)
En seguida fue introducido Daniel a la presencia del rey. Este le dijo: «¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados que el rey, mi padre, trajo de Judá? (Daniel 5, 13)
Daniel dijo al rey: «Quédate con tus regalos y da tus obsequios a otro. Leeré este escrito y también te daré a conocer su significado (Daniel 5, 17)
Y recibió el reino Darío, el medo, que tenía sesenta y dos años. Daniel es arrojado al foso de los leones (Daniel 6, 1)