1. El Señor reina, tiemblan los pueblos; monta en querubines, la tierra se estremece.

2. En Sión el Señor es muy grande, exaltado por encima de todos los pueblos.

3. Que celebran tu nombre grande y terrible: "¡El es Santo!"

4. Rey poderoso, amante de la justicia, tú has establecido la rectitud, tú ejerces en Jacob el derecho y la sentencia justa.

5. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡El es Santo!

6. Moisés y Aarón eran sus sacerdotes, Samuel también invocaba su nombre: invocaban al Señor y él les respondía.

7. De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio.

8. Oh Señor, nuestro Dios, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios tolerante, pero no les dejabas pasar nada.

9. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina