Encontrados 37 resultados para: semilla

  • Dios dijo: "Produzca la tierra vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que den sobre la tierra frutos que contengan la semilla de su especie"; y así fue. (Génesis 1, 11)

  • La tierra produjo vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que contienen la semilla propia de su especie. Vio Dios que esto estaba bien. (Génesis 1, 12)

  • Los israelitas llamaron a este alimento maná. Era parecido a la semilla del cilantro, blanco, y su sabor como torta de miel. (Exodo 16, 31)

  • Si uno de estos cadáveres cae sobre semilla destinada a la siembra, la semilla seguirá siendo pura; (Levítico 11, 37)

  • pero cuando la semilla ha sido humedecida con agua, si cae encima uno de estos cadáveres será impura. (Levítico 11, 38)

  • El maná era parecido a la semilla del cilantro, y su color era como de bedelio. (Números 11, 7)

  • Porque la tierra en que vais a entrar para poseerla no es como la tierra de Egipto de la que habéis salido, donde echabas la semilla y la regabas con tu pie, como se riega una huerta. (Deuteronomio 11, 10)

  • Sírvate esto de señal: este año se comerá lo que brote de la semilla caída, y el año que viene lo que nazca sin sembrar; pero al tercer año sembraréis y cosecharéis, plantaréis viñas y comeréis su fruto. (II Reyes 19, 29)

  • Tú dispones la tierra de este modo: riegas sus surcos, deshaces los terrones, la ablandas con la lluvia, bendices su semilla; (Salmos 65, 11)

  • van, sí, llorando van al llevar la semilla; mas volverán, cantando volverán trayendo sus gavillas. (Salmos 126, 6)

  • Por la mañana siembra tu semilla, y por la tarde no des descanso a tu mano; porque tú no sabes lo que es mejor, si esto o aquello, o si ambas cosas son igualmente buenas. (Eclesiastés 11, 6)

  • Y ya al principio, mientras perecían los gigantes orgullosos, la esperanza del mundo refugiada en una barca pilotada por tu mano legó al mundo semilla de una nueva generación. (Sabiduría 14, 6)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina